Por Jonathan Turley:
El New York Times informó el pasado 11 de mayo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades se basaban en un estudio defectuoso al declarar un 10 por ciento de probabilidad de transmisión de Covid-19 al aire libre. Después de usar el «error de cálculo» para respaldar los mandatos de máscaras al aire libre, los CDC ahora dicen que es más como el uno por ciento. Es asombroso que un componente tan clave y controvertido de las políticas de Covid no solo se basara en un error de cálculo, sino que nunca se cuestionara o reexaminara activamente para descubrir el error.
David Leonhardt del Times señaló que «No hay una sola infección por Covid documentada en ningún lugar del mundo por interacciones casuales al aire libre, como pasar junto a alguien en la calle o comer en una mesa cercana».
El riesgo al aire libre ha sido una fuente importante de desacuerdo con muchas reglas de mascarillas obligatorias para quienes caminan, trabajan o pasean al aire libre. Resulta que, según el Times, el índice de referencia del 10% se basa «en parte en una clasificación errónea» de la transmisión del virus en Singapur en varios sitios de construcción. Esos sitios se describieron incorrectamente como exteriores, pero ahora parecen haber tenido lugar en entornos interiores. Singapur también clasificó los entornos que eran una combinación de interiores y exteriores como exteriores, incluidas las obras de construcción.
El riesgo real es del uno por ciento o menos. Sin embargo, ciudades como Chicago cerraron parques enteros, magnificando el aislamiento y la depresión de los ciudadanos. Varias ciudades como Nueva York cerraron los parques infantiles a pesar de estar al aire libre y ser utilizadas por la población de menor riesgo para Covid. Los estados cerraron parques y senderos que podrían haber sido áreas clave de liberación para las personas durante los cierres.
Gastamos billones en esta pandemia y el tema de las mascarillas y la reducción de los movimientos externos estuvo continuamente en las noticias. Sin embargo, parece que se ha gastado poco tiempo o dinero sobre la base de este componente clave de las políticas obligatorias respaldadas por los CDC y exigidas por muchos estados.
Podemos entender la confianza en un artículo de la prestigiosa Revista de Enfermedades Infecciosas. No podemos entender que no se haya examinado de cerca su base, ya que parece haber sido la raíz principal de la política. Cientos de millones de personas se vieron afectados al igual que la economía. Sin embargo, los CDC solo ahora están notando que el artículo parece haber tenido fallas fundamentales en sus supuestos y cálculos subyacentes.
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